La aparición de carteles exteriores con videos y su influencia sobre el paisaje urbano han generado ideas para hacerlas más útiles y no afectar el entorno. Las dificultades para reproducir videos en pantallas (por normativas o presupuestos) podrán superarse con la emisión de diapositivas sobre esas mismas plataformas, apelando a campañas bien planteadas para que el medio se eficaz. El primer aspecto será tener en cuenta el tiempo de visualización de la imagen. Si bien la tendencia será prolongar la duración para exprimir la atención y asegurarse el reconocimiento de la marca, la recomendación sería de 10 a 20 segundos. La idea sería es mejor mostrar la imagen más a menudo que por más tiempo. Además, influirá la retención de la información. Según los psicólogos la información estará más tiempo en la memoria si fuera vista u oída de siete a nueve veces. Los colores en la diapositiva deben estar en contraste, ya que quien llegue desde lejos, especialmente de día, notará mejor y leerá lo más llamativo. Los colores de la pantalla pierden coloración especialmente en días soleados. Entonces, un eslogan o marca deberá tener fondo oscuro; la opción contraria no trabaja tan bien. Lógicamente, la pequeña letra no está para la publicidad exterior. Nadie mira fijamente una diapositiva durante mucho tiempo. Tampoco las letras demasiado “estéticas” o cargadas serán legibles. Otra recomendación de psicólogos. Si la publicidad en diapositivas se prolonga por mucho tiempo, el público inconcientemente la rechaza, por eso recomiendan intercalar algo sin relación, interesante, socialmente importante o chistoso, para facilitar la memorización del anuncio. También se podrán animar los textos y objetos en la imagen. La gramática no deberá ser dejada de lado y el mensaje tendrá más fuerza si se utilizan palabras cortas, menos sustantivos, más verbos que impulsen a público ir comprar algo.   25 de enero de 2017 – ep