Un corto imagina un futuro donde la tecnología ingresa en cada aspecto de la vida, anticipando una nueva manera de relaciones. En el corto Hyper Reality, que presentó este año, el realizador londinense Keiichi Matsuda muestra en cinco minutos cómo sería la vida con realidad aumentada, en un mundo donde todo llegará a través de lentes especiales. Con esos dispositivos, como Hololens o Google Glass, se visualizan imágenes tridimensionales que se mezclan con el entorno real y ayudarán a superponer creaciones artificiales al contexto inmediato, para generar una experiencia diferente para los usuarios. El escenario del corto es Medellín. La protagonista es una mujer de unos treinta años que viaja en colectivo, hace compras y camina por calles de la ciudad, mientras recibe sugerencias de ofertas de productos, los mejores recorridos para seguir y hasta la invitación para adoptar una mascota virtual. La mujer se preocupa por saber si tiene «suficientes puntos» o «si pierde puntos» ante cada acción; consulta a las aplicaciones que se despliegan ante sus ojos, en ese mundo virtual que se entremezcla con la realidad tangible. La película apunta a la entrada de tecnología en la vida diaria, con estímulos constantes y la invitación al consumo. Pero, la realidad aumentada que transporta al usuario a un escenario artificial podría tener muchas aplicaciones que servirían para mejorar la calidad de vida. Por ser una tecnología muy poderosa de costo relativamente bajo, podría representar mejoras en el ámbito de la salud, la moda, los espectáculos, el comercio y la publicidad.   25 de octubre de 2016 – ep