Iniciado para trabajar sobre metales, el corte laser alcanzó una ductilidad que le permite ser aplicado a los textiles.

Los creadores de moda están en una búsqueda constante de diferenciarse de su competencia y su éxito depende del buen corte de las piezas. Los moldes y diseño se asoció al dibujo a mano sobre papel y el corte con tijeras, sobre telas de diversas características.
Las tendencias más efímeras obligó a buscar nuevas técnicas de estampado, como la sublimación, la pigmentación directa a prenda o el transfer y para la confección llegaron los routers de corte láser.
Con el calado láser el diseñador puede introducir una terminación estética, representando figuras o bordados, con una prolijidad superior a métodos anteriores.
Ofrece la ventaja de cortes y detalles extremadamente finos y en patrones complejos, gracias a la precisión con la cual puede ser controlado el rayo mediante una computadora. Además se puede repetir exactamente el patrón; es rápido; se puede aplicar sobre diversos materiales, con un corte limpio sin inconveniente por la cantidad de la serie.
Para realizar el corte se genera un diseño en un programa de vectores en curvas a escala real, se coloca el material en la mesas de corte se ajusta la distancia del lente y se manda a imprimir.
Una ventaja son la calidad de los detalles, no se deforma el tejido, se realiza por método modular, se pueden reproducir cortes complejos; se puede utilizar para marcar la tela sin cortar, genera grabados, elimina capas y produce cambios de color.

18 de abril de 2018 – ep