UNA TÉCNICA SATISFACTORIA
Si bien no es excesivamente simple, la serigrafía permite que cualquiera se acerque al mundo...
Comentarios desactivados en UNA TÉCNICA SATISFACTORIALa elección del papel para la impresión fotográfica es una de las preocupaciones que se generan a la hora de encarar un trabajo. La forma quizá más básica de clasificar el papel que se utilizará para el trabajo será la de dividirlos en tres tipos diferentes según su apariencia a la vista: brillante, mate y semibrillante o semimate. Los papeles mate tienen una buena textura y no producen brillos o reflejos a la hora de ver las imágenes. Por su parte, los semibrillantes o semimate tienen mucho mayor contraste, con unos negros mucho más marcados; así, para blanco y negro es mejor usar el mate, aunque el semibrillante puede ser mejor opción dado el contraste que ofrece. Los papeles brillantes o semibrillante y semimate llevan una ligera capa sobre la que se deposita la tinta, esto hace que la tinta se esparza menos por el papel, lo que los hará capaces de mostrar más detalles que los papeles mate. La textura del papel es otro factor, ya que los materiales usados en su fabricación -celulosa, algodón- los harán diferentes al tacto. Si la foto va a ser enmarcada esto no será de importancia ya que la lámina de cristal hará imposible apreciar su textura. Además, si la foto quedará detrás de un cristal o plexiglass será mejor usar papel semimate, ya que la lámina introducirá los reflejos y esa ventaja de los papeles mate ante los reflejos casi no valdrá de nada, a cambio ganarán mayor contraste las fotos. Pero, uno de los puntos más importantes a la hora de escoger el papel serán los productos químicos que llevan. Este será un aspecto crítico si se desean impresiones que tengan una larga durabilidad. Habitualmente los papeles más reconocidos son fabricados libres de ácidos y con calidad “arquival” que hacen que no amarilleen con el paso del tiempo. Otro factor es que se usan Ovas en su fabricación, un producto químico que reacciona a la luz ultravioleta, haciendo que el blanco del papel sea mucho más brillante, creando mayor contraste. Pero con el paso del tiempo, los Ovas pierden sus propiedades, de manera poco uniforme, generando manchas.