Contar con tintas coloreadas para imprimir información sobre los envases ayuda a superar algunos problemas derivados del contraste de las tonalidades.

Las tintas usadas para marcar los códigos de barras, QR y otro tipo de información sobre productos están basadas en colorantes tintóreos, en general son transparentes, ya que el sustrato en el que se imprimen determina la apariencia del código, lo que puede ocasionar problemas con el contraste en el caso de los sustratos más oscuros.
Por eso, los fabricantes que usan bases oscuras adoptan un enfoque diferente con las tintas que utilizan para codificación y marcado, por eso, las tintas pigmentadas aportan un valor agregado al sistema,
Estas tintas ocultan el color de la base, por lo que dan contraste a la impresión de códigos legibles y claros en superficies oscuras. También son útiles sobre recipientes transparentes ya que el contenido puede afectar a la claridad de las tintas basadas en colorantes tintóreos.
Los pigmentos más usados son el TI02 blanco y el negro de carbón. Pueden agregarse colorantes o se puede agregar pigmento de color al blanco para crear más contraste. TI02 es el pigmento principal que se utiliza en tintas, pinturas, revestimientos, y cosméticos.
La principal diferencia entre las tintas pigmentadas y las basadas en colorantes tintóreos es el contenido de pigmentos, que no son solubles en tinta; son partículas en suspensión en la tinta por métodos químicos y mecánicos.
El pigmento crea una barrera física que cubre el fondo para que la tinta pueda verse con más claridad. Para eso, los pigmentos se unen a un polímero que tiene dos funciones: mantener el pigmento suspendido y adherirse al sustrato.
Las tintas pigmentadas ofrecen un alto contraste en la variedad cromática más amplia de los envases, lo que aumenta la versatilidad de la impresora de inyección de tinta, lo que baja costos de cambiar a tintas diferentes y minimiza la necesidad de contar con impresoras exclusivas para distintos colores de la base.

15 de noviembre de 2017 – ep